domingo, 14 de agosto de 2011


Los jovenes dicen verdades y mentiras
que me suenan tan convinsentes como
el viento que trae nuevas tormentas.

Palabras infalibles que revelan
un ser de otro origen, crecen
como una nube que decanta lagrimas
buscando enpapar una que otra prenda de amor y vida.

Un sueño profetico de versos neonatos
marco vagamente la pequeña diferencia
entre estas verdades y mentiras,
para que este oceano insondable
se pudiese volver un poco mas calmo.